Ecosistemas acuáticos y terrestres (parte 1)
Ecosistemas acuáticos y terrestres
Los ecosistemas son una fuente de riqueza natural inigualables, en los que podemos descubrir el funcionamiento y las características de todos los espacios ambientales en los que las diferentes especies de organismos desarrollan su vida.
Cada ecosistema del planeta es único e irrepetible en cuanto a su formación y respecto a los numerosos parámetros que lo caracterizan, tanto a nivel de las comunidades de especie que en él habitan, como por las condiciones climáticas y demás componentes.
Ecosistemas terrestres: Los ecosistemas terrestres son los espacios de tierra y constituyen solo el 30% del planeta. El territorio que ocupan se divide a su vez en ecosistema terrestres de desiertos (30%), sabanas y pastizales tropicales (20%), selvas (22%), bosques templados y de coníferas (17%), así como en zonas de cultivos (10%).
Todos y cada uno de los diferentes tipos de ecosistemas terrestres desempeñan un papel de vital importancia en el correcto funcionamiento del medio en el que se encuentre. Destacan, por ejemplo, por sus funciones de mantenimiento de la biodiversidad de la flora y la fauna, así como por la regulación de la composición de la atmósfera y del clima, por su intervención en la conservación del suelo (evitando la erosión) y por la característica que presenta su cobertura vegetal de sumideros o almacenes de carbono.
Por otro lado los ecosistemas terrestres son los encargados de proporcionar a los seres humanos diversos bienes naturales renovables, además de alimentos, productos madereros y otros de interés farmacológico.
Diferencias entre los ecosistemas terrestres y acuáticos: El ecosistema acuático y el terrestre se diferencian principalmente en el tipo de superficie en la que están ubicación, así como en las distintas especies que en ellos habitan.
Por otro lado, lo dos ecosistemas pueden presentar un origen natural o artificial. ya hayan sido creados por diversos fenómenos naturales o bien, por acción del ser humano. En ambos casos, las características que los diferencian seguirán siendo aquellas que hacen referencia al hábito de agua o hábito de tierra en el que se desarrollan.
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